El amor, palabra que produce desde grandes emociones y sentimientos de alegría, hasta grandes decepciones y dolor. Según el significado del diccionario (concepto humano) es un sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno.
Pero en términos de las escrituras el amor es algo que va más allá de simples sentimientos y emociones, va más allá de lo que escasamente tenemos nosotros como verdad y que se vuelve infinito a la hora de darlo a otra persona. Nuestro concepto de amor es egoísta, escaso, oportunista, vanal, y siempre en la búsqueda de obtener una ganancia personal.
La palabra nos enseña que el amor es DIOS. Y al ser Dios el amor, todo lo que conocemos como amor es totalmente transformado por su gloria, su majestuosidad, su grandeza, su esplendor y su verdad infinita. Tanto así que el promete que él que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. 1 Juan 4:16.
Al ser DIOS el amor, este se vuelve paciente, bondadoso no envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. 1 Corintios 13:4-5
El verdadero amor conlleva pasión, intimidad, compromiso, entusiasmo, intensidad, tiempo, inversión, carácter, identidad y una alta disposición a pagar el precio por amar.
Veamos a la luz de la palabra algunos niveles del amor, relacionándolos con los tipos de creyentes que hay delante de Dios.
El amor Helado (Congelado): Es aquel en donde ya se ha perdido toda pasión, intimidad, compromiso, entusiasmo, intensidad, tiempo, inversión, carácter, identidad, disposición a pagar el precio por amar. Es aquel en donde se vuelven ya no amantes perdidos, sino enemigos desbocados de aquel a quien amaron. Filipenses 3:17-19
El amor Frio: Es aquel en donde aquel primer amor, aquella conquista y emoción del primer momento se ha ido perdiendo y descuidando. Es el amor descuidado, el que sabiendo lo que tenemos que hacer, lo vamos posponiendo o relegando. Ya no le damos el tiempo y la intimidad que nos sedujo en el primer momento, sino que se vuelve algo esporádico, de ratos o momentos con poca pasión. Apocalipsis 2:4
El amor Tibio: Es el más complicado y absurdo de todos, un amor a medias, o más bien engañoso, un amor que promete y no cumple, un día sí, un día no. Es el amor que causa inseguridad, pereza, apatía, repudio y odio del amado. Es un amor codicioso y sin sentido. Es estar con alguien pero sólo. Es un amor necio, tonto, desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Apocalipsis 3:15-16
El amor Ardiente: Es el más poderoso y fuerte, es aquel que conlleva pasión, intimidad, compromiso, entusiasmo, intensidad, tiempo, inversión, carácter, identidad y una alta disposición a pagar el precio por amar, aquel que se disfruta , se goza, y en donde uno da lo mejor de sí mismo , sin esperar nada a cambio. Jesús mismo hablo de un hombre que amo de esta manera refiriéndose a Juan y dijo: Él era antorcha que ardía y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz. Juan 5:35
Una antorcha que ardía, un hombre lleno de pasión y amor por Dios y por los demás que pago el precio de la muerte por su forma de amar.
Ahora, ¿Cuál dirías que es el nivel de amor tuyo hacia Dios?
Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.Marcos 12:30
Hacia tus padres
Hijos, sed obedientes a vuestros padres en todo, porque esto es agradable al Señor. Colosenses 3:20
Hacia tus Hijos
Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor. Efesios 6:4
Hacia tu cónyuge
Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella para hacerla santa. Él la purificó, lavándola con agua mediante la palabra. Efesios 5:25-26
En todo caso, cada uno de ustedes ame también a su esposa como a sí mismo, y que la esposa respete a su esposo. Efesios 5:33
Hacia los demás
Que el Señor los lleve a amar como Dios ama, y a perseverar como Cristo perseveró. 2 Tesalonicenses 3:5
Hacia tus ovejas
Yo soy el buen pastor. Así como mi Padre me conoce a mí y yo conozco a mi Padre, así también yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Yo doy mi vida por las ovejas. Juan 10:14-15
Seamos imitadores del mejor ejemplo del amor, Dios nuestro creador y Jesucristo nuestro salvador, y de aquellos grandes hombres y mujeres siervos del evangelio, que nos precedieron y amaron a Dios y a su prójimo, hasta llegar a morir por amor a ellos.
¡Tú decides!
Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios. – Efesios 3:17-19