¿Eres Fiel?

“Su fidelidad es grande, su fidelidad incomparable es, nadie como tu, bendito Dios, grande es tu fidelidad”. Recuerdas este maravilloso canto, que verdad más gloriosa pues describe la fidelidad de Dios hacia nosotros.

¿Quien no ha experimentado la fidelidad de Dios?
A cada instante podemos palparla en cada momento de nuestra vida podemos ver su mano poderosa moviéndose a favor nuestro, sobre todo cuando estamos pasando por desiertos en medio de tormentas y de problemas podemos experimentar su fidelidad.

Asimismo, Dios espera de nosotros fidelidad a su palabra, a sus mandamientos y que nos entreguemos por completo a El. La palabra “Fidelidad” tienen como significado: ser recto, fiel, de una sola línea, vertical, sin doblez y leal. La más alta exigencia a la que se ve sometido un cristiano (aquel que ama a Dios) es que sea fiel a El primeramente y luego a los suyos.

Salmos 91:4. Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga (protección) es su verdad”.
No tengas miedo, no te desesperes por esos problemas que están a tu alrededor más bien aférrate al amor de Dios, porque en ese amor inagotable puedes sentir su fidelidad. Dios te va a defender y proteger de cualquier ataque del enemigo. Pero una cosa te pide, se fiel y obediente a su perfecta voluntad porque tu vida está en sus manos, en las manos de tu Hacedor.

Lamentaciones 3:22-25. Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré”.
Espera en Jehová, abre tú corazón y párate firme en sus promesas. Dios quiere que aprendas sobre el perdón, la fe, la confianza y su amor increíble el cual nunca fallará. Él nunca te va a abandonar, ni te desamparará. Él te ama tanto que fue a la cruz del calvario a morir por ti, para que fueras libre de todos los pecados y para que perdones a todos aquellos que en algún momento te han hecho daño ¡Se libre en Cristo Jesús!

Salmos 117:1-2. “Alabad a Jehová, naciones todas; pueblos todos, alabadle. Porque ha engrandecido sobre nosotros su misericordia, y la fidelidad de Jehová es para siempre”. ¡Aleluya!
Parte de ser fiel al Señor, es alabarle y engrandecer su nombre. Su palabra nos manda a hacerlo y en agradecimiento a su infinita misericordia es que lo adoramos y exaltamos por los siglos de los siglos ¡Gloria y honra sea al Rey de reyes y Señor de señores!