El objetivo principal del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo al expresarnos ese amor tan grande por nosotros es lavarnos de nuestros pecados con su sangre, santificarnos, purificarnos, glorificarnos, enriquecernos, llenarnos de toda la plenitud de Dios y protegernos en todo tiempo y situación.
Entonces…
- Jesús fue manifestado en este tiempo por amor a nosotros.
La Biblia dice en 1 Pedro 1:20: Ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros. - Jesús nos amó y nos lavó de nuestros pecados con su sangre.
La Biblia dice en Apocalipsis 1:5: Y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre. - Jesús nos amó y se entregó para purificarnos y glorificarnos.
La Biblia dice en Efesios 5:25-27: Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. - Jesús por amor se hizo pobre para enriquecernos a nosotros.
La Biblia dice en 2 Corintios 8:9: Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos. - El amor de Cristo nos llena de toda la plenitud de Dios.
La Biblia dice en Efesios 3:19: Y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. - Ninguna situación contraria nos separará del amor de Cristo.
La Biblia dice en Romanos 8:35,37: ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.